martes, 4 de diciembre de 2007

2011: ¿punto de inflexión?


Artículo publicado en Perú21, martes 4 de diciembre de 2007

Participé en la 45ª CADE, en Trujillo, en un conversatorio sobre los escenarios posibles en 2011. Las elecciones de ese año marcarán la continuidad del camino que seguimos en lo económico desde 1990 o la posibilidad de un cambio hacia la senda de países vecinos como Venezuela, Bolivia o Ecuador. Algunos piensan que no tiene sentido angustiarse: en tanto la economía siga creciendo, los beneficios serán más evidentes. La pobreza y la exclusión social se reducirán y, por lo tanto, quienes apelen políticamente a ellas tendrán menos opción. Para que esto sea posible, la clave es mejorar la eficiencia del gasto y promover la inversión, y en esa dirección van las propuestas "para superar al perro del hortelano". La apuesta del presidente García es compartida por el 51% de los asistentes a la CADE, según una encuesta de Apoyo. Para el año 2011, el lema es ¡esta vez sí la hacemos!

Esto me parece un exceso de confianza. Veamos la evidencia: la economía lleva ya varios años creciendo, pero la insatisfacción frente al desempeño de las instituciones no mejora. El crecimiento se ha intensificado durante la presidencia de García, pero la aprobación a su gestión sigue bajando, y la distribución geográfica de esta reproduce los patrones de votación de 2006. Esto sugiere que el tipo de crecimiento que tenemos no solucionará por sí solo los problemas de pobreza y de exclusión. Lo que probablemente ocurrirá es que a los que les va bien les irá mejor, y a los que les va mal les seguirá yendo mal, con el agravamiento de que habría un empeoramiento en cuanto a la distribución de la riqueza.

De aquí al 2011 parece que no hay mucho problema, dados los problemas de acción colectiva de los pobres y excluidos, así como por la debilidad de la oposición. Pero, en los procesos electorales, ellos tienen poder de veto; pueden elegir un líder antisistema. Y en tanto no haya una reforma política, la volatilidad y la incertidumbre seguirán siendo la pauta.

¿Qué se puede hacer? Un elemento es clave: la política social. La semana pasada mencioné cómo en cuatro años ella permitió que las bases electorales del presidente Lula cambiaran sustancialmente, entrando fuertemente al mundo rural del nordeste. Un ejemplo de signo político contrario lo tuvimos con Fujimori: entre el referéndum de 1993 y 1998 es claro cómo sus bases de apoyo pasaron de ser limeñas y urbanas a ser también rurales, como consecuencia de Foncodes y otros programas.

¿Veremos de aquí al 2011 el aumento en los niveles de aprobación a la gestión del presidente y de respaldo a las instituciones en la sierra centro-sur o en el oriente? Siguiendo con la inercia actual, no veo cómo. Y si el presidente se propone llegar a ese escenario, ¿lo podrá hacer con la coalición política actualmente en el poder?


AMPLIACIÓN: una reseña de la mesa de debate en:

http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/html/2007-12-03/habra_el_2011_un_punto_de_inf.html

Una reseña de la CADE en:

http://mundojuridico1.blogspot.com/2007/12/cade-2007-en-upao.html

(de allí saqué la foto)

1 comentario:

Stanislao dijo...

Martin:

Paradojicamente, creo que la descentralizacion apurada que promovio el APRA durante el gobierno de Toledo le esta jugando ahora una mala pasada. Si no, como explicar que a pesar de la bonanza fiscal exista una gran incapacidad para gastar? Durante Fujimori el gasto lo manejo el Ministerio de la Presidencia, que mas alla de la naturaleza clientelista del gasto, si fue relativamente efectivo. El punto que no se ha logrado resolver, y que creo que sera el cuello de botella principal en los proximos anhos, es como lograr un Estado descentralizado que sea a su vez efectivo. Yo creo que el tema no es que el sector publico sea mas ineficiente ahora que hace unos anhos atras durante Fujimori, si no mas bien que las reformas institucionales introducidas con el fin de descentralizar el pais no han sido disenadas adecuadamente a fin de lograr un Estado eficaz que responda a las necesidades de la gente.